Historias de reportero

Reportero y poder
Carlos Loret de Mola

La semana pasada se revelaron conversaciones privadas mías de hace siete años. Cuestionaba yo el papel de Televisa frente a distintos esquemas de publicidad gubernamental, que es una importante fuente de financiamiento para prácticamente todos los medios de comunicación del país. Los críticos de Televisa destacaron mucho esa parte, la relacionada con el entonces gobernador Enrique Peña Nieto.
No destacaron tanto el fragmento en que yo señalaba que Televisa nunca me había pedido, menos obligado, falsear información ni tampoco dar una opinión que no fuera la mía. Aunque a algunos les resulte difícil de creer, eso sigue siendo verdad.
Me permito compartir algunas experiencias personales que pueden ser consultadas con facilidad en internet, pues afortunadamente nuestro trabajo está a la vista de todos:
Cuando se decía que Televisa estaba en brazos de Martha Sahagún de Fox, entrevisté en Televisa a la directora de la Fundación Vamos México. La conversación fue dura y terminó exhibiendo la opacidad de los manejos financieros de la primera dama, detonó auditorías legislativas al organismo y fue merecedora del Premio Nacional de Periodismo.
Se ha dicho por años que Televisa protege a Peña Nieto. Yo recuerdo haber transmitido en vivo la represión en Atenco y haber entrevistado sobre ello largamente en el estudio al Subcomandante Marcos del EZLN, quien vapuleó a Peña y al gobierno federal por eso. A Peña lo he cuestionado en Televisa por Paulette, las inundaciones, Montiel e incluso por su gasto excesivo en imagen.
Durante el conflicto electoral de 2006, mientras se escuchaba en el Zócalo que “Televisa apoya el fraude”, en Tercer Grado me pronuncié a favor del voto por voto, casilla por casilla, que planteaba Andrés Manuel López Obrador.
En los tiempos en que Televisa tenía al aire un programa de concursos financiado por el sindicato de Elba Esther Gordillo, la entrevisté agriamente en Primero Noticias sobre su fortuna personal y sus arreglos políticos inconfesables. Luego, siendo La Maestra aliada de Peña Nieto y trabajando yo en Televisa, se estrenó la película ¡De panzazo! que codirigí.
En Televisa ejerzo con libertad mi pasión de reportero y nunca me impiden dar mi opinión. Estoy seguro que la experiencia de mis compañeros es la misma.
Claro que he tenido diferencias dentro de Televisa. Se han resuelto todas dialogando, con apertura. Si he exigido que existan contrapesos al poder político, sería incongruente esperar que nadie ponga a debate mis criterios periodísticos dentro de mi equipo, entre mis pares y con mis superiores jerárquicos. Me emocionan las discusiones editoriales, las votaciones cuando no hay consenso. A veces he ganado, a veces no.
Me he enojado, me he entusiasmado, he cometido errores. Hay días buenos y malos. He hecho entrevistas que me llenan de orgullo y otras que me salieron terriblemente mal. He vivido coberturas que con adrenalina me recuerdan por qué me dediqué a este oficio y no pocas jornadas de incertidumbre y dudas.
Imagino que así pasa con todos los trabajos. Éste es el mío. Me encanta.

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