Diabetes: esperanza y controversia

Cristina Aguayo-Mazzucato

En un polémico estudio realizado en Brasil, científicos sometieron a un novedoso tratamiento a 15 pacientes diabéticos, quienes han dejado su tratamiento durante meses y llevan una vida completamente normal. Es un tratamiento nuevo y esperanzador, pero a la vez de riesgo.
Se trata de enfermos con diabetes mellitus tipo 1. A diferencia de la diabetes tipo 2, que representa una pandemia entre la población adulta de muchos países, la diabetes tipo 1 representa entre 5% y 10% de todos los casos de diabetes en el mundo, y afecta principalmente a niños y jóvenes. En ellos el sistema inmune ataca a las células del páncreas encargadas de producir insulina, que es la encargada de regular los niveles de glucosa en la sangre.

Los diabéticos tipo 1 pierden la capacidad de producir insulina y sus niveles de glucosa están permanentemente elevados. La glucosa elevada es tóxica para diversos órganos, lo que puede ocasionar ceguera, insuficiencia renal y amputaciones. Por lo tanto, los diabéticos deben inyectarse insulina varias veces al día para regular los niveles de azúcar en sangre. El tratamiento conlleva riesgos y repercute negativamente en la calidad de vida de los pacientes que en su mayoría son niños.

Para solucionar estos problemas muchos científicos alrededor del mundo trabajan para encontrar una cura para esta enfermedad que libere a los diabéticos de su tratamiento y les permita volver a producir insulina.

Así, un equipo de médicos estadounidenses y brasileños publicó esta semana un controvertido artículo en la revista científica Jama en el que trataron a jóvenes diabéticos con sus propias células madre. Los resultados hasta ahora son esperanzadores: de los 15 diabéticos tratados 13 dejaron su tratamiento con insulina y son capaces de llevar una vida completamente normal. El tiempo que han permanecido sin tratamiento varía de tres años en el caso más exitoso hasta siete meses en uno de los casos tratados más recientemente. Sin embargo, el riesgo al que se sometieron estos pacientes es injustificado para varios de los críticos de este estudio.

El procedimiento que se siguió en todos los casos inició con la extracción de células madre de la sangre de cada uno de ellos; estas células tienen la capacidad de regenerar algunos tejidos en el organismo adulto.

Una vez que tenían las células madre sometieron a los pacientes a un tratamiento que destruyó su sistema inmune. El objetivo era inactivarlo y detener el ataque contra células productoras de insulina a forma de una reprogramación del sistema. Esta es la parte de mayor riesgo y que ha despertado polémica, ya que en esta etapa los pacientes son susceptibles a infecciones, sangrados y otras complicaciones que pueden ser mortales.

Cuando el sistema inmune de los pacientes cayó a niveles mínimos, se les inyectaron las células madre previamente aisladas para que repoblaran las células del sistema inmune que habían destruido. Los autores creen que de esta manera reprogramaron el cuerpo de los pacientes para evitar más ataques al páncreas, solucionando así el problema de la diabetes tipo 1.

Hasta ahora, los resultados son buenos: los pacientes estuvieron hospitalizados tres semanas en promedio y la complicación más grave fue un caso de neumonía debida a la inmunosupresión.

El éxito y el riesgo del estudio han llamado la atención de científicos y reporteros alrededor del mundo. Expertos en diabetes, como el doctor Gordon Weir, del Centro de Diabetes Joslin en Boston, comentan que «estos resultados deben tomarse con cautela. A primera vista son impresionantes y muy esperanzadores; sin embargo, es muy pronto para sugerir que se trata de una cura definitiva contra la diabetes. Antes deben hacerse estudios más grandes y seguir a los pacientes por más tiempo». Asimismo, asegura el experto, «es muy difícil evaluar si vale la pena someter al gran riesgo que representa inmunosuprimir a una persona ya que existen complicaciones de este procedimiento que pueden ser mortales. No se puede olvidar que la mayoría de estos pacientes son niños. En ellos creo que definitivamente no está justificado el riesgo. Sin embargo, habrá que esperar y ver cómo evoluciona esta terapia. De momento son resultados buenos que podrían modificarse para disminuir los riesgos y mantener los beneficios».

Sin duda estos resultados entusiasman a médicos, científicos y pacientes alrededor del mundo. Sin embargo hay que ser cautelosos ya que esta terapia todavía conlleva grandes riesgos que hacen imposible hablar de una cura para la enfermedad. Pero, sin lugar a dudas, hemos presenciado lo que parece ser un primer paso hacia lo que esperamos, o sea, la solución definitiva de la diabetes tipo 1.

Médico cirujano

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