Cuento /Útimogénito /Mario Luis Altuzar Suárez

«Ser libre no es solamente desamarrarse las propias cadenas, sino vivir en una forma que respete y mejore la libertad de los demás»

Nelson Mandela

18 de julio de 1918 – 5 de diciembre de 2013

-… mira mi negrito, todo es así de simple, como te ves mi vi, como me ves te verás!”, dice en silencio el adolescente de piel de ébano, riquísimo traje color verde, camisa banca y corbata roja a cuadros, zapatos negros, aunque sin brillo, y bajo el brazo izquierdo ¡una laptop!, la herramienta imprescindible del tercer milenio. Una vestimenta que solo los pudientes, esos que llaman “fifis” puede usar y por el brillo de su piel debe estar bien alimentado.

Me mira con cierto candor en la profundidad de sus ojos. ¡A este negrito desnutrido, lo mira con ternura! Y enternece la profundidad de las entrañas. Mis chanclas hacen juego con el maletín en la mano izquierda y enrollada la tela roja abajo del brazo derecho que resguarda mi laptop, se muestra desparpajado el taparrabo que más bien parece un pañal de tres usos colgante entre los escuálidos muslos, reflejo fiel del cuerpo cubierto con piel ajada que proyecta los frágiles huesos.

– “¡Somos tan diferentes! Empero, somos uno mismo”, piensa el desconcertado infante. Balbucea la interrogante: “Sí eres mi imagen en el espejo, ¿por qué no eres una fiel reproducción? Pareces autónomo, seguro de ti, tan distinto, tan distante de mi”. Es cuando escucha una sonora carcajada juvenil y escucha: “Somos el mismo. Una pequeña diferencia del tiempo. Imperceptible. Porque nosotros fuimos creados para habitar la tierra y los años poco o nada se observan… Escucha bien: Soy tú, pero en el futuro. Y te digo que el estudio con la disciplina y el respeto a la ética moral de tus padres, te harán tan fuerte que les darás miedo en todo el mundo y te perseguirán. Pero no temas, porque tienes la Luz del Conocimiento y superarás todo obstáculo hasta que… ¡la victoria será toda tuya y de tu pueblo que te llamará Madiba, el nombre de tu clan”.

¡Y la imagen del espejo se difuminó! En el corazón del adolescente se incubó el gozo, aunque con cierto temor. Los estudiosos creen ver en él, a un anticolonialista, aunque sus seguidores sabían que era un socialista, tal vez el último de la humanidad, preocupado por la superación individual para sumarse en la grandeza de la colectividad, todos iguales en la diversidad de sus paisanos con base en la educación con libertad económica para aspirar a servir fraternalmente a los demás. ¡Qué distinto a los usurpadores, esos social listo que buscan la igualdad entre los miembros de una sociedad, pero… en la miseria y esclavitud!

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