…caído el muerto y soltando el llanto”, grita el empistolado encapuchado, aprovechando el asombro paralizante de mi cuerpo. Esculca las bolsas del pantalón y despoja a mi pareja de su bolsa, reloj, cadena con una medalla de la Virgen de Guadalupe… ¡y le arranca los aretes! Parece un siglo, pero apenas son segundos de terror por sentir muy de cerca a la muerte fría, que se asoma en la amenaza quemante del cañón de la pistola.
¡Y se va, sin el mínimo remordimiento! Lo vemos desaparecer en la lejanía citadina en el Jueves Santo que ostenta un enorme cartel en la esquina con una huesuda cuya sonrisa aterroriza: “Bienvenido a la Ciudad de México, tu ciudad segura”. ¡Y sí! En dónde es seguro que te roben, te golpeen o te maten. Se escucha la radio de un taxista que se detiene al lado de nuestros cuerpos inmóviles: “Tengo experiencia. Reduje el número de asaltos. ¡Vota por mi!”
Apenas escuchamos la advertencia del conductor: “¡Tírense al suelo!” al escuchar ráfagas de armas de alto poder, desde cualquier punto al que se vea de esta parte de en medio de un enfrentamiento entre los dos grupos de narcos que reciben del gobierno “abrazos, no balazos”. Entendemos la prisa del asaltante, por escapar del punto geométrico llamado Centro Histórico al medio día.
Susurro que la policía debe llegar en cualquier minuto y el chofer suelta una carcajada: “¡Son los mismos! Bajo el pretexto de cuidar el orden abusan de los civiles porque en el desorden de narcocriminales, ni se aparecen, como si les avisarán para no arriesgar la vida de los guardianes de la seguridad”.
Amainan los balazos y el conductor ofrece sus servicios para llevarnos a la terminal de autobuses, porque parece que el riesgo aumentará si se considera que el inquilino de Palacio Nacional advirtió que los “conservadores son capaces de soltar a los tigres” y si se analiza con la psicología espejo, es una advertencia de que soltará a “sus tigres”, el primero es el que ha cobrado cerca de medio millón de muertos y aumenta su eficiencia en los últimos días, el segundo está en supuestos sabotajes a trenes y líneas del Metro, el cuarto en más de 126 incendios forestales, y… sigue el trabajador del volante, en un rosario interminable.
-“¡Jajaja! Hitler y sus Cuchillos Largos se quedan cortos frente a los tigres del Golpe Técnico para quedarse en el Palacio que arrebató a los mexicanos, cegándolos con el terror”, dice a manera de despedida, al iniciar el viaje en busca de una playa en que se pueda esculpir en arena, la imagen de Jesús, el protagonista de estos días en que, por más que lo buscamos, ¡parece que nos abandonó!