A ESTRIBOR /Juan Carlos Cal y Mayor /El Humor social cambia de bando

Hace seis años justo por estas fechas, reunido con un nutrido grupo de amigos, comentábamos acerca de la elección en puerta por la presidencia de la república. Para mi sorpresa de once que éramos, la mayoría parecía estar en desacuerdo con el gobierno de Peña Nieto y proclives a la idea de votar por López Obrador.

*HARTAZGO*

Hicimos por ello un pequeño ensayo de votación “secreta” y el resultado fue que ocho de once estaban a su favor. Creo que ninguno lo había hecho en ese sentido en elecciones anteriores, pero permeaba la idea de un hartazgo en la que Amlo era la única alternativa distinta. En lo personal no lo podía creer, se trataba de profesionistas, personas suficientemente ilustradas sin algún interés de por medio como para yo suponer que su determinación era la consecuencia de una correcta valoración. Inferí más bien que su intención de voto era producto de sus emociones, de enojos, de una expectativa diferente en contraste con un sentimiento de decepción y hartazgo.

*MODERADO*

La postura de Amlo se había ido moderando con el tiempo. Ya no era el líder de un partido de izquierda agresiva, sino de un “movimiento” que aglutinaba en torno suyo sumando una gama variopinta de personajes incluyendo a empresarios, académicos y liderazgos políticos de otros partidos. Se trataba principalmente de acabar de una vez por todas con el cáncer de la corrupción desde la visión de un político que se apreciaba desapegado a los bienes materiales y los privilegios del poder.

*AUSTERO*

Y como no creerle si vivía en un modesto departamento, andaba en un Tsuru, volaba en aviones comerciales y recorría el país por enésima vez en contacto cercanísimo con el “pueblo” que acudía a sus convocatorias y llenaba el zócalo -no como ahora- sin necesidad de acarreos. De Calderón a Peña la cifra de muertos por la violencia se había incrementado sin visos de solución. La desaparición de los jóvenes normalistas de Ayotzinapa y el escándalo de la Casa Blanca habían fulminado la popularidad del presidente Peña hasta un 20%, algo nunca antes visto.

*ADIOS A LOS PRIVILEGIOS*

La desigualdad social habría de resolverse acabando con los privilegios de la odiada clase política, sus prestaciones y salarios ostentosos, pero manteniendo la autonomía del Banco de México, la disciplina fiscal (no gastando más que los ingresos), el no endeudamiento público, no aumentando los impuestos, reduciendo los precios de la gasolina como no a 10 pesos. Había que deshacerse, claro, del suntuoso avión presidencial, dejar la residencia oficial de Los Pinos y abrirla al pueblo, seguir viviendo en la misma casa (eso dijo), prohibir los viajes al extranjero y vivir una austeridad franciscana. Nada de nepotismo, influyentismo, ni negocios millonarios al amparo del poder.

*POR ENCIMA DE LA LEY NADIE*

La noche de su triunfo el presidente ofreció dar vuelta la página, gobernar para todos, sin revanchismos, incluso llegó a decir en varias ocasiones: “Al margen de la ley nada. Por encima de la ley nadie.” Se dijo también respetuoso de la división de poderes. A los ministros de la Corte les dijo que se mantendría respetuoso de sus determinaciones y que respetaría la división de poderes como buen republicano. Dijo que cancelaría el aeropuerto de Texcoco y la Coparmex le ofreció que el sector privado podría hacerse cargo de costear la inversión, a lo que no dijo que no, pero tampoco que sí. Después hizo una consulta y muchos creyeron que, razonablemente, se apoyaría la conclusión del aeropuerto. Con la oposición de su propio gabinete económico (Urzúa y Romo) se inclinó por cancelar y sus huestes obedecieron a su llamado.

*OFERTAS*

Ofreció eliminar el multimillonario negocio del Huachicol (robo de combustibles) que según él ascendía a unos 700 mil millones de pesos. Se gastó más de 90 millones de dólares en la compra de pipas que nunca se utilizaron y hoy la venta del huachicol ya es parte de nuestra vida cotidiana a plena luz del día. Ya encarrerado -al estilo de Echeverría y López Portillo- se propuso lograr la autosuficiencia alimentaria siendo que hoy el campo mexicano está más abandonado que nunca y nuestra dependencia de la importación de granos básicos como el maíz, arroz y frijol, es cada vez mayor.

*LEJOS DE DINAMARCA*

Abrió de par en par las puertas de la frontera sur para dar cobijo -sin hacerse cargo- a los “hermanos” migrantes que hoy acampan y pululan por todas partes a lo largo y ancho del país. Canceló las compras de medicinas para erradicar la corrupción de los grandes laboratorios coludidos con las autoridades de salud. Creó el INSABI luego lo canceló y ahora opera una megafarmacia que no resolvió en absoluto el abasto de medicinas. Nos quedamos lejos, muy lejos, de un sistema de salud como en Dinamarca.

*FIASCO*

Le dejó a Nalhe y al ejército la construcción de sus grandes proyectos cuyas inversiones encubrieron bajo el argumento de “la seguridad nacional” siendo que duplicaron y hasta triplicaron sus costos y aún siguen lejos funcionar como se lo había propuesto. El AICM está saturado y con cero mantenimiento. El AIFA opera al mínimo de su capacidad, Mexicana vuela con seis pasajeros, Dos Bocas no refina ni una gota y el Tren Maya está muy lejos de transportar los 3 millones de pasajeros que había propuesto.

*DESGARRIATE*

La verdad sea dicha, el país está hecho un desgarriate. El narco controla amplias regiones del país, no se persigue a los capos y la Guardia Nacional es una costosa burla para los mexicanos que ya se acostumbraron a vivir con miedo y a merced de la violencia. Entregaron al chapito por presión de Estados Unidos. Los servicios de salud están por los suelos, la inseguridad a todo lo que da y la prensa vive hostigada en el carril de los adversarios y conservadores a los que el presidente fustiga un día sí y otro también metido de lleno sin que nadie lo frene en el proceso electoral.

*DESVERGÜENZA*

Ya anunciaron que quieren mayoría para ir tras la Corte y que no quieren al INE. Ya endeudaron con 2,5 billones, 1.7 billones solo este año, las finanzas públicas tirando la casa por la ventana para apostar electoralmente por los programas sociales beneficiando a más de 22 millones de mexicanos con apoyo en efectivo. Y es con ese mismo rostro lacerado, con esa misma cara cínica y desvergonzada, que hoy ofrecen dar continuidad a este desgarriate autodenominado cuarta transformación.

*MAL HUMOR SOCIAL*

Lo que parecen subestimar, por soberbia, es el mal humor social que priva de nuevo en el país y se refleja apabullante en las benditas redes sociales en contraste con encuestas que no parecen reflejar esa realidad. Las clases medias que le dieron el triunfo a la 4t trinan de descontento, pero no solo ahí. Muchos de los beneficiarios de los programas sociales no reciben sus apoyos, sus nombres inflan los padrones, pero los dineros van a parar quién sabe dónde, El sector empresarial se vuelca en aplausos por Xóchitl mientras Claudia los elude. No reconoce un solo error ni ofrece enmendarlo. Repite socarronamente la verborrea del presidente. Confía en la operación de estado que fragua su imposición. Mientras, la oposición crece más allá de los alitos. En dos meses los ciudadanos van a dar la gran sorpresa y eso no la va parar nadie…

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