Guadalupe Martínez Mora denuncia que su sobrino no está siendo atendido en hospital del ISSSTE, se está muriendo, por lo que pide la intervención de autoridades y de Derechos Humanos
Dijo que hace unos meses mi sobrino Jesus, de 24 años, tuvo un accidente de moto donde casi pierde la vida. Debido a la gravedad de sus lesiones fue trasladado de urgencia al hospital del ISSSTE de Alta Especialidad en Tultitlán, Estado de México.
Al principio de su atención médica trataron a mi sobrino con mucha amabilidad y le dieron el servicio médico; sin embargo, en las últimas semanas los directivos de este hospital y algunos doctores y doctoras no han querido darle más atención por no ser derechohabiente, dejándolo sin comer hasta por 10 días y sin tratamientos para el dolor.
Mi sobrino quedó en estado vegetativo persistente, pero abre los ojos y por pruebas que han realizado, también siente dolor. Tiene fractura craneal, el fémur fraccionado, la clavícula desplazada y su brazo derecho totalmente inmóvil. Por lo que necesita más operaciones que NO quieren realizar en este hospital.
Hemos dado la opción de trasladarlo a otro hospital donde puedan atenderlo pero por el estado delicado de salud que se encuentra los directivos no dan la autorización para moverlo ¡pero tampoco quieren atenderlo en el hospital donde está! Nosotros no podemos costear un hospital privado, no sabemos qué opciones nos quedan.
Su madre, aparte de la preocupación por su hijo, debe tratar con hostilidades y malos tratos por parte de los médicos, directivos y doctoras que se encuentran en este hospital. Los servidores de la salud deberían ser aún más comprensivos y empáticos, no hacer más difíciles las situaciones complicadas.
Toda la familia nos encontramos desesperados, frustrados y preocupados por el estado de salud de Jesús. No sabemos qué más hacer. Cualquier persona tiene derecho a un trato digno y a la salud, y a mi sobrino le están negando estos derechos.
Es por eso que pedimos a las autoridades de salud del Estado de México como la Secretaría de Salud del Estado de México y al secretario de salud del Estado de México, Francisco Javier Fernández Clamont, su intervención en el caso de mi sobrino y que pueda recibir atención médica de manera urgente; no puede pasar más días en la negligencia e indiferencia.
A la par, pedimos a la Comisión Nacional de Derechos Humanos del Estado de México ayuda para la protección y defensa de los derechos de Jesús.